Me revolotean cientos de mariposas en el estómago, me cuesta dormir por las noches y doy mil vueltas en la cama, a ratos se me acelera el corazón y me siento la persona más feliz de la tierra mientras una gran sonrisa se me dibuja en la cara y a ratos me da también un poquito de ansiedad y me quedo como atontao. Sólo tengo una cosa en la cabeza. Si estáis pensando en que me he enamorado, os equivocáis! Pero me voy de viaje!!

En una semana estaré camino de Hong Kong. Y de allí a Tailandia. Un mes de viaje. Y hasta ahí puedo leer. No es que no quiera dar más detalles del plan, es que no hay más plan, ya iremos improvisando. Y digo iremos porque no me voy solo. Conmigo se viene mi amiga Darry y en Hong Kong nos encontraremos con mi querido Miguel Marina y Winnie, su chica, que viven allí. Por ahora eso es todo lo que sabemos. Nunca hemos sido de planear mucho las cosas, no por amor a la aventura sino por perros, y esto no iba a ser una excepción.

Breaking News! Mientras escribía todo lo anterior hemos avanzado algo y ahora ya tenemos vuelo desde Hong Kong a Chiang Rai, nuestro primer destino en Tailandia, una ciudad situada al norte del país y rodeada de montañas y selva. Ya me empieza a picar todo. Desde ahí iremos bajando hacia el sur decidiendo sobre la marcha dónde ir y cuánto estar en cada sitio.

A pesar de llevar meses pensando en la posibilidad de hacer este viaje no ha sido hasta hace cosa de veinte días cuando las cosas han empezado a coger forma. Exactamente fue el día en que nos vacunaron. Ya que te meten dentro bichitos para inmunizarte contra la hepatitis A y la fiebre tifoidea y te dan pastillas para que no te mueras si pillas la malaria no era cosa de desaprovecharlo echándonos para atrás. Esa misma tarde pillamos el billete, el punto de no retorno. Hay quienes se piensan que necesitas pedir un crédito a Cofidis para un billete de este tipo a la cochinchina. Para nada. El vuelo de ida y vuelta Madrid-Hong Kong nos ha salido por 387 euros. Y no penseis que por ese precio volamos con Hacendado Airlines, no, que va, volamos con Qatar Airways, haciendo escala en Doha.

Gracias a Dios que el billete nos ha salido así de baratillo y que, según leo y me cuentan quienes han estado, en Tailandia si te lo montas bien no tienes por qué gastarte mucho en alojamiento y comida. De otra forma no podría irme pues mi cuenta corriente aún no se ha repuesto de aquel noviembre de vino y rosas que me pasé entre viajes y celebraciones varias. Si a eso le sumamos que en los últimos tres meses he trabajado poquito y que en diciembre sufrí una regularización (lease sablazo) de Hacienda, es fácil suponer que mucho, lo que se dice mucho, no he podido ahorrar para el viaje. En Tailandia se pueden comer insectos fritos servidos en cucuruchos de papel y yo dudaba que fuera a probarlos. Espero no tener que terminar comiéndolos crudos y recién muertos de un chancletazo por no tener nada mejor que meterme a la boca.