Bar La Traviesa, Torredembarra. Un domingo de verano. La banda tributo a Red Hot Chilli Peppers, de nombre Californicators, termina sus bises y empieza a despedirse del público. Cuando todo parece indicar que este buen rato de musicote y meneo de cuello se ha acabado el batería coge el micro y dice algo así como:
- Si queréis nos podemos tocar una más, pero de otro rollo.
Todo el público asentimos al unísono con una especie de bramido de orco. Nos habían calentado y ahora solo queríamos más, lo mismo nos daba si se tocaban una de Luis Cobos. Los tipos volvieron a sus instrumentos, el batería contó hasta cuatro golpeando las baquetas y buum! Exactamente eso. Buum. Un golpe de bombo, platos y bajo. Con esa primera nota y sin apenas necesitar los tres baquetazos al charles que la siguieron muchos de los allí presentes ya sabíamos la suerte que teníamos por el temazo que nos regalaba la banda. El Killing In The Name. Los Rage Against The Machine. Un himno generacional joder. Si te gusta determinado tipo de música y has salido un poquito de casa esta canción la has bailado como un macaco decenas de veces mientras berreabas inventándote la letra. Un clásico contemporáneo. No es mi favorita de los Rage por pura hartura, porque aunque sea un subidón que te la pongan en un garito parece también que solo sepan poner esa. Y yo quiero que me pongan el Bulls on Parade o el Know Your Enemy
No os vais a escapar sin que os cuente que yo he visto un par de veces a los Rage Against The Machine en directo. Con veinte añitos y con treinta y dos. En ambas ocasiones recuerdo haber dado más saltos que un osito Gomibaya y también las dos veces tuve la puta certeza de estar donde tenía que estar y haciendo lo que tenía que hacer. Pocas cosas he probado en mi vida más alucinantes que ver en directo a una banda que te mola mil. Quizá a eso haya ayudado el hecho de que las otras cosas alucinantes que he probado en mi vida haya sido mayormente en conciertos o festivales.
Pero dejemos atrás mi envidiable y algo viciosillo background conciertero y centrémonos en el subidon que me dio al escuchar los primeros acordes de la canción de los Rage. Tras ese primer buum miré a la nena con los ojos que debe poner uno cuando le toca la lotería. Acto seguido me planté de un salto en primera fila dispuesto a joderme el cuello y sanarme el espíritu. Literalmente me volví loco. Podría soltaros dos párrafos intentando describir la desatada euforia salvaje que me poseyó durante esos minutos pero voy a acabar antes y os vais a hacer una mejor idea del momento si lo resumo con tres palabras. Me mee encima. Sí sí, como lo leéis. Vaya por delante que no fue una meada propiamente dicha, no joder, no estoy tan mal, solo fueron dos o tres gotitas, lo que vienen a ser unas pérdidas. Y no le puedo echar la culpa al alcohol porque sólo me había bebido cuatro cervecitas de esas pequeñas que te ponen ahora en los conciertos en vasos de limoná. No, la culpa de mis pérdidas de orina no la tuvo la cerveza sino la descarga eléctrica que me subió por la espina dorsal y la inmensa alegría que le di a mi cuerpo Macarena.
Tras notar como se me escapaba el pipí corrí a contárselo a la nena porque sabía que con tal cosa iba a conseguir sacarle sonrisas y brillo en sus ojazos. La dejé riéndose de mis tribulaciones y volví a la primera fila a saltar y gritar “fuck you, I won´t do what you tell me” hasta perder la voz. La canción se acabó para desconsuelo de todos los viejovenes sudados que rodeábamos el escenario y la banda se largó entre ovaciones, dejándonos muy buen sabor de boca pero huérfanos de música auténtica. Traté de recuperar el aliento fumándome un piti, que me supo como el de después de follar, cuando en estas se me acercó un tipo que había saltado y berreado a mi lado durante este último rato. Nuestra breve conversación fue casi más delirante que mearse encima bailando:
Él – Joder tío, me va a dar un yuyu a la patata, hacía veinte años que no bailaba así.
Yo – Dímelo a mí que me he meado encima……
Él – Jajaja, ¿no jodas?…..no te preocupes, a mí me pasa mucho. Tienes que tomar Velastisa, a mí me va de puta madre.
Yo – ……………….
Él – Te lo digo en serio, para esas pequeñas pérdidas por hacer el animal la Velestisa es mano de santo.
Y así acabé el día, aún en una nube con la nena, con un penetrante pitido de oídos, con la sensación de haber disfrutado como hacía mucho tiempo que no lo hacíamos y poco después ya en casa buscando en internet primero qué pollas era la Velastisa esa y después tratando de averiguar si unas insignificantes pérdidas de orina motivadas por un desparrame corporal extremo pueden suponer la antesala de la pitopausia. Si alguno estáis en mi situación y os da vergüenza compraros Tena Lady siendo aún cuarentones aquí os dejo yo lo más importante que recopilé al documentarme:
La Velastisa es un tratamiento para la incontinencia urinaria a base de ingredientes naturales que ayuda a mantener y recuperar el funcionamiento normal del sistema urinario. Tiene extracto de semilla de calabaza y germen de soja y está recomendado para pérdidas involuntarias de orina asociadas al esfuerzo, a las risas, o al ejercicio. Aha! Si es por las risas no sé cómo cojones no me meo encima desde los ocho años. Sé que mearte de la risa es posible porque yo tenía una suegra que no iba a conciertos ni hacia ejercicio pero que si le decías algo especialmente gracioso salía disparada al baño con las piernas cruzadas como Lina Morgan y las dos manos haciendo tapón en su entrepierna. A veces no llegaba al retrete y había que buscar una fregona.
Por ahora no me compraré ni la Velastisa, ni el Tena Lady ni el Indasec ese que anunciaba Concha Velasco. Prefiero mearme encima enterito como un borracho profesional antes que aparecer en un concierto de Metallica con pañales o en uno de Muse con un orinal bajo el brazo. Esas gotitas de pipí que se me escaparon son la prueba de que quizá ya no esté para dar el 200% en un concierto pero a la vez son la mejor prueba de que sigo vivo y coleando.
Como el criminal siempre vuelve al lugar del delito la nena y yo volvimos un mes después a La Traviesa a disfrutar de otro concierto. Este no fue una epifanía como el que os acabo de relatar pero también da para varios párrafos. Como no quiero abusar de vuestro tiempo ni tampoco de mis neuronas os emplazo al siguiente post si queréis conocer al peor grupo de funky alemán que me he echado a los oídos y a la cara. Ya de partida deciros que a mí “funky alemán” me suena igual de contradictorio que “obrero de derechas” o “cerveza sin alcohol”. Y efectivamente no nos equivocabamos. Pero si queréis saber algo más de ese truño de concierto tendréis que esperar a que se alineen los astros y vuelva a encontrar un rato libre para aporrear el teclado.
Ay, que te haces mayor Peter Pan!!!!!!🤣🤣🤣😘😘
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Qué va! Soy mayor desde hace un montón! 😘
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