Cuando teníamos la vida por delante

IMG_20190224_190925

Este mes Francis y yo estamos de aniversario. Hace veinte años que nos fuimos a Irlanda a currar y pendonear. Con una maleta y cuatro duros nos largamos a Dublín sin saber que allí nos esperaba la que aún hoy sigue siendo la mejor época de nuestra vida. Veinte añazos, mare meva, somos más viejos que un bosque.

Dado lo señalado de la onomástica cualquiera hubiese planeado celebrarlo de alguna manera, pero nosotros estamos empanaos y ni habíamos caído. Hace un mes ninguno de los dos sabía que íbamos a celebrar este aniversario juntos y ha sido la vida misma la que dando un par de vueltas se ha encargado de casi todo. Empiezo pronto a comerme mis palabras sobre el karma.

Hemos cambiado Irlanda por el Algarve portugués y sin ningún plan nos disponemos a pasar unos días de vino y rosas. Tenemos veinte años más pero poca cosa ha cambiado en este tiempo. Somos animales de costumbres y anoche nos amaneció en casa con una birra en la mano, dándonos la chapa a caraperro y poniéndonos canciones como si lo fueran a prohibir. También berreamos algún tema, bailamos los dos solos como quedaitos, nos reímos de las mismas sandeces que hace dos décadas y exaltamos la amistad a base de bien. Creo recordar que poco antes de colapsar nos dijimos cosas bonitas de las que deberíamos decirnos cada día y no solo cuando vamos del revés.

pixlr_20190302222718539_20190302223507889

Francis y un servidor hemos tenido muy buena compañía durante estos días, al Algarve nos fuimos con un inglés y un perrete. El inglés es Ben Smith, un viejo amigo de Francis muy salao que a pesar de tener un trancazo de cojones se pilló un avión para no perderse esto. Olé tú. Romeo es el perro de Francis, un labrador de siete años tan tierno como terco que desde cachorro parece empecinado en copular conmigo. Ben y yo hemos vuelto totalmente rendidos a los encantos de Romeo, tenemos más fotos suyas que de paisajes y yo voy a echar mucho de menos despertarme alguna mañana con sus cuarenta kilos de chuchillo quitándome sitio en la cama.

Tres cuarentones y un cánido deambulando por parajes soleados y bares vacíos. Sin otra cosa que hacer aparte de pasear, comer, beber, fumar y contarnos la vida. Nos ha dado tiempo a hablar no solo de lo que se presupone, música, fútbol y mujeres, sino de asuntos menos frecuentes en las charlas masculinas, como relaciones, política y masturbación, e incluso de algunos que no aparecen casi nunca, como sentimientos, miedos y anhelos… Y hemos hablado de todo ello como personas maduras, o sea, reclamando atención en medio de una charla profunda para soltar un sonoro pedo entre risas.

No sé si será por los temas tratados, por nuestra edad crítica (de crisis), o por haber mantenido esas conversaciones en inglés, pero por alguna razón durante estos días me he sentido dentro de una película. Una de esas tragicomedias inglesas (Cuatro bodas y un funeral, Alta fidelidad…) con personajes de mediana edad que reflexionan sobre su vida entre pintas de cerveza y sueltan un “fuck” cada cuatro palabras. Películas donde los protagonistas confiesan lo que esperaban de la vida y lo que sienten ante lo que ésta les ha deparado y sueñan con el tiempo les queda y lo que les gustaría hacer con él.

Dentro de veinte años probablemente volveremos a tener charlas de ese tipo, recordaremos lo que esperábamos de la vida con cuarenta tacos y lo compararemos con lo que ésta nos haya deparado. A tiempo estamos ahora de poner lo que esté en nuestras manos para no defraudar a nuestro “yo” del futuro.

2 comentarios en “Cuando teníamos la vida por delante

  1. Me alegra ver que 20 años después sigues siendo el tipo tierno que se lamía las patitas en la pista de baile de un pub de Dublin a berrido limpio… sólo podía tratarse de un español! Saludos de otra ex-emigrante que pasaba por allí 😉

    Le gusta a 1 persona

    1. Me he leído el comentario veinte veces y sigo igual, con la misma pregunta en la cabeza….¿esa Sue será quien yo creo? Pero es imposible así que me lo voy a leer otras veinte veces a ver si veo la luz. Un millón de gracias Sue! 😘

      Me gusta

Dime algo, que me hace ilusión