¿Quién hay ahí?

Son las tres de la madrugada, mañana no trabajo, me aburro, estoy un poco mohíno y no tengo ni pizca de sueño. Lo que sí tengo es una botella de Rioja. Se cumplen las condiciones necesarias para aporrear el teclado un rato.

Lo que quiero contaros tiene que ver con este blog, con lo mucho que lo flipo con vosotros y con lo agradecido que os estoy. En lo que va de año el blog ha recibido casi diez mil visitas, una auténtica birria. Pero teniendo en cuenta que escribo poco, que cuando lo hago sólo digo yo, me ,mí, conmigo y que encima me promociono menos que la mafia creo que puedo estar bastante contento con ese número de visitas. Tan contento como para querer abrazaros a todos y besaros a todas.

De todas esas visitas la gran mayoría provienen de España, como no podía ser de otra forma, pero son las que vienen de fuera en las que quiero centrarme porque me intrigan mucho. No me refiero a esa única visita al año que tengo desde varios países. Sé que muchas visitas “raras” pueden ser simples “bots” (¿lo he dicho bien?) que rastrean las tripas de internet buscando vete tú a saber qué. O eso o que alguna buena persona se aburrió tanto en sus vacaciones en Angola o Nicaragua que se acabó metiendo en Plan Zeta. Además de esos dos países este año me ha llegado alguna visita esporádica de: Filipinas, Israel, Bélgica, Indonesia, Andorra, Grecia, Emiratos Árabes, Japón, Dinamarca, Austria, Camerún, Arabia Saudí, Guatemala, Luxemburgo, India y Argelia.

Mi curiosidad va en aumento al ver los países desde los que he recibido hasta diez visitas este año. A saber: Francia, Portugal, Puerto Rico, Uruguay, Venezuela, República Dominicana, Alemania, Nepal, Noruega, Italia, Panamá, Honduras, Costa Rica y el Salvador. Así de memoria solo caigo en dos o tres conocidos que han podido estar de viaje o viviendo una temporada en alguno de esos países. Del resto ni papa. Y como soy un gaceto me encantaría saber cómo llegaron esos lectores hasta el blog. La razón de que después de llegar hasta aquí hayan decidido volver de vez en cuando si que me la puedo imaginar porque mis dos abuelas murieron hace años.

Lo que me hace flipar pepinillos es el resto de visitas foráneas, aquellas que por su número no se pueden deber a un bot o a un viaje al extranjero de algún lector del blog. Solo tengo localizados a los benditos culpables de que mi blog reciba muchas visitas desde Hong Kong, Australia, Argentina e Irlanda. Las visitas desde Tailandia tienen poco misterio también, son nuestras de cuando estuvimos allí en febrero. Hasta aquí lo conocido. Lo desconocido lo voy a enumerar en una lista porque llevo veinte minutos intentando contarlo de otra forma y ya he borrado el párrafo siete veces. Quitando los países que acabo de mencionar la cosa queda así:

 País                     Visitas   

Estados Unidos         231

México                        118

Colombia                      70

Chile                              69

Canadá                          63

Perú                               18

Bolivia                           17

Holanda                        17

Brasil                             15

Ecuador                        14

Reino Unido                14

Ucrania                         13

El porrón de visitas desde USA no sé por dónde cogerlo. No puede ser una persona sola y si lo fuese creo que tengo allí a mi fan número uno, al número dos más bien, alguien que se mete en mi blog más veces que yo. El resto de la lista también me deja ojiplático. Sesenta y tres visitas desde Canadá son muchas para que se deban a una casualidad o a que alguno de mis lectores yankis pasó sus vacaciones de verano en el lago Manitoba. Y resulta también que tengo un pequeñito grupo de lectores fieles en latinoamérica. La incógnita es la misma, ¿cómo encontrasteis el blog chiquillos? Tampoco soy capaz de imaginarme a esa persona de Ucrania que este año se ha asomado trece veces al otro lado de mi pantalla. Aunque en este caso la pregunta que me viene a la mente es distinta: ¿será ucraniano o ucraniana?

Tener más o menos visitas puede depender de muchas cosas pero tampoco hay que engañarse, son habas contadas y la fórmula es sencillísima: si escribo venís, si no escribo no venís. Si publicase dos post a la semana en vez de limitarme a escribir cuando se alinean mis astros tendría muchas más visitas, es de perogrullo. Pero no olvidemos que la temática de este blog es mayormente narcisista. Si ya me cuesta horrores sacarle punta a mi vida para escribir algo de higos a brevas no sé cómo me lo iba a montar para veniros con el cuento dos veces por semana. De mi vida confesable poco más puedo rascar y la inconfesable me la reservo para mis memorias póstumas. Total, tampoco me ibais a creer.

Me quito el sombrero y hago una reverencia ante todos aquellos que me leéis desde el quinto coño o desde mi propia calle. Os quiero. Aquí tenéis unas cañas pagadas cuando queráis pero no vengais todos el mismo día que me veo llamando a Cofidis. Y si alguno de los que me leéis desde allende los mares queréis manifestaros y resolver alguna de mis dudas os como la cara.

Agradecido y emocionado, solamente puedo decir, gracias por venir.

 

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